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La OMS planea eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial del suministro mundial de alimentos

Es posible eliminar estos compuestos nocivos de aquí a 2023

14 de mayo de 2018
Comunicado de prensa

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado hoy una guía (denominada REPLACE por su acrónimo en inglés) en la que se indican los pasos que hay que seguir para eliminar los ácidos grasos trans de producción industrial del suministro mundial de alimentos.

Eliminar las grasas trans es clave para proteger la salud y salvar vidas: la OMS estima que cada año la ingesta de grasas trans causa más de 500 000 muertes por enfermedades cardiovasculares.

Las grasas trans de producción industrial están contenidas en grasas vegetales endurecidas como la margarina y el ghee, y suelen estar presentes en tentempiés y alimentos horneados o fritos. Los fabricantes suelen usarlas porque tienen un tiempo de conservación más largo que otras grasas. Sin embargo se pueden usar alternativas más saludables que no afectan al sabor ni al costo de los alimentos.

«La OMS pide a los gobiernos que utilicen el conjunto de medidas REPLACE para eliminar los ácidos grasos trans producidos industrialmente del suministro de alimentos», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «La ejecución de las seis acciones estratégicas de la iniciativa REPLACE contribuirá a la eliminación efectiva de las grasas trans y será una victoria importante en la lucha mundial contra las enfermedades cardiovasculares».

La iniciativa REPLACE consiste en seis acciones estratégicas para eliminar de manera rápida, completa y sostenida las grasas trans de producción industrial del suministro de alimentos:

Examen de las fuentes dietéticas de grasas trans de producción industrial y de los cambios de política necesarios.

Fomento de la sustitución de las grasas trans de producción industrial por grasas y aceites más saludables.

Legislación o aprobación de medidas reguladoras para eliminar las grasas trans de producción industrial.

Evaluación y seguimiento del contenido de grasas trans en los alimentos y de los cambios del consumo de grasas trans por la población.

Concienciación de los planificadores de políticas, los productores, los proveedores y la población sobre los efectos negativos de las grasas trans en la salud.

Obligación de cumplimiento de las políticas y regulaciones.

Varios países de ingresos altos han eliminado prácticamente las grasas trans de producción industrial mediante la imposición de límites legales a la cantidad de este tipo de grasas que pueden contener los alimentos envasados. Algunos gobiernos han impuesto prohibiciones a nivel nacional para los aceites parcialmente hidrogenados, que son la principal fuente de grasas trans de producción industrial.

En Dinamarca, el primer país que impuso restricciones a las grasas trans de producción industrial, el contenido de grasas trans de los productos alimenticios disminuyó drásticamente y las muertes por enfermedades cardiovasculares se redujeron más rápidamente que en países comparables de la OCDE.

«La ciudad de Nueva York eliminó hace un decenio las grasas trans de producción industrial, siguiendo el ejemplo de Dinamarca», dijo el Dr. Tom Frieden, Presidente y Director Ejecutivo de Resolve to Save Lives, una iniciativa de Vital Strategies. «Las grasas trans son productos químicos tóxicos innecesarios que matan, y no hay motivo para que la gente de todo el mundo continúe expuesta.»

Se precisan medidas en los países de ingresos bajos y medianos, donde los controles del uso de grasas trans de producción industrial son a menudo menos rigurosos, con el fin de que los beneficios se distribuyan equitativamente en todo el mundo.

Michael R. Bloomberg, Embajador mundial de la OMS para las enfermedades no transmisibles, alcalde de la ciudad de Nueva York durante tres mandatos y fundador de Bloomberg Philanthropies, dijo: «Prohibir las grasas trans en la ciudad de Nueva York ayudó a reducir el número de ataques cardíacos sin cambiar el sabor o el costo de los alimentos, y eliminar su uso en todo el mundo puede salvar millones de vidas. Un enfoque integral del control del tabaco nos ha permitido progresar a nivel mundial en el último decenio más de lo que casi nadie creía posible; ahora, un enfoque similar con respecto a las grasas trans puede ayudarnos a lograr este tipo de progreso contra las enfermedades cardiovasculares, otra de las principales causas de muerte prevenible en el mundo».

La eliminación de las grasas trans de producción industrial del suministro mundial de alimentos se ha identificado como una de las metas prioritarias del plan estratégico de la OMS, a saber, el proyecto de 13.º programa general de trabajo (13.º PGT) que guiará la labor de la OMS en 2019-2023. El 13.º PGT figura en el orden del día de la 71.ª Asamblea Mundial de la Salud que se celebrará en Ginebra del 21 al 26 de mayo de 2018. Como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la comunidad mundial se ha comprometido a reducir la muerte prematura por enfermedades no transmisibles en un tercio para el año 2030. La eliminación mundial de las grasas trans de producción industrial puede ayudar a lograr este objetivo.

«¿Por qué los alimentos de nuestros niños tienen que contener un ingrediente tan poco seguro?», pregunta el Dr. Tedros. «El mundo está ahora inmerso en el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición, utilizándolo como motor para mejorar el acceso a una alimentación y una nutrición saludables. La OMS también está utilizando este hito para colaborar con los gobiernos, la industria alimentaria, el mundo académico y la sociedad civil con el fin de que los sistemas alimentarios sean más saludables para las generaciones futuras, especialmente mediante la eliminación de las grasas trans de producción industrial».

Notas de los editores

Existen dos fuentes principales de grasas trans: las fuentes naturales (productos lácteos y carne de rumiantes como vacas y ovejas) y las fuentes de producción industrial (aceites parcialmente hidrogenados).

Los aceites parcialmente hidrogenados se introdujeron por primera vez en el suministro de alimentos a principios del siglo XX como sustituto de la mantequilla, y se hicieron más populares en los años cincuenta, sesenta y setenta con el descubrimiento de los efectos negativos de los ácidos grasos saturados sobre la salud. Los aceites parcialmente hidrogenados se utilizan principalmente para freír y como ingrediente en productos horneados; pueden ser reemplazados en ambos casos.

La OMS recomienda que la ingesta total de grasas trans se limite a menos del 1% de la ingesta energética total, lo que se traduce en menos de 2,2 g/día con una dieta de 2000 calorías. Las grasas transaumentan los niveles de colesterol LDL, un biomarcador comúnmente aceptado para el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y disminuye los niveles de colesterol HDL, que desplaza el colesterol desde las arterias hasta el hígado, el cual a su vez lo segrega a la bilis. Las dietas ricas en grasas trans aumentan el riesgo de cardiopatía en un 21% y de muerte en un 28%. La sustitución de las grasas trans por ácidos grasos insaturados disminuye el riesgo de cardiopatía, en parte porque mejora los efectos negativos de las grasas trans sobre los lípidos sanguíneos. Además, hay indicios de que las grasas trans pueden aumentar la inflamación y la disfunción endotelial.

Del 4 de mayo al 1 de junio de 2018, la OMS está llevando a cabo una  consulta pública en línea para revisar el proyecto actualizado de directrices sobre la ingesta de ácidos grasos trans y ácidos grasos saturados por adultos y niños.