El rol que jugará Julio Scherer Ibarra en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador será vital para estructurar el proyecto de nación que quiere desarrollar el próximo presidente.

La confianza que depositó el mandatario electo en el abogado y escritor no es gratuita. Anteriormente cumplió tareas importantes, la más reciente como coordinador en la campaña de la tercera circunscripción en la zona sur-sureste, donde entregó muy buenos resultados.

Scherer será el encargado de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal (CJEF) a partir del 1 de diciembre, una vez que López Obrador tome posesión.

Por sus manos pasará la labor clave de revisar las 12 reformas prioritarias del próximo sexenio, entre las que destacan la ley reglamentaria sobre salarios mínimos, la creación de la Secretaría de Seguridad Pública, la abolición del fuero y que el presidente pueda ser juzgado.

También le tocará el andamiaje legal para establecer como delitos graves la corrupción, robo de combustibles y fraude electoral, el cambio del Estado Mayor Presidencial, revocar la reforma educativa, ajustar reglamentos administrativos para el plan de austeridad, entre otros.

Durante la campaña ayudó a López Obrador en temas de discurso y manejo de crisis, incluso el cambio en la imagen del tabasqueño se le adjudica al actual miembro del consejo de administración de la revista Proceso, medio que fundó su padre, el periodista Julio Scherer García.

El consejero jurídico es algo así como el abogado del presidente. Es una figura importante porque muchas cosas pasan por su oficina. El peso en la práctica que ha tenido esa figura se ha incrementado con el tiempo

Javier Martín Reyes, abogado y profesor de la división de estudios jurídicos del CIDE

El analista pone como ejemplo el papel que Humberto Castillejos tuvo en casi todo el sexenio de Enrique Peña Nieto, quien fue el encargado de desarrollar el entramado legal previo a la aprobación de las reformas estructurales.

El también politólogo agrega que la función tiene que ser técnica y acompañada de un equipo muy sólido que permita encontrar las formas jurídicas para hacer que las reformas prioritarias no tengan problemas de constitucionalidad.

“Es muy entendible que López Obrador haya buscado a una persona cercana. Sabemos que el presidente electo suele buscar colaboradores muy cercanos para designarlos en encargos importantes, creo que la designación de Scherer va en esa línea”, concluye Javier Martín Reyes.

La Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal contó con un asignación de recursos para el último año del sexenio de Peña Nieto de 131 millones 201,969 pesos, según el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018.

Julio Scherer, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también ha sido abogado personal de López Obrador y cercano a Pedro Aspe, secretario de Hacienda en el gobierno de Carlos Salidas de Gortari.

Cumple con creces

Andrés Manuel López Obrador nombró durante su campaña a Scherer Ibarra como coordinador de una región clave para su proyecto: sur-sureste. Esa zona es importante para el plan de desarrollo del tabasqueño ya que ahí planea construir el Tren Maya, una de las obras estrella.

La tarea del abogado era llevar la operación y cabildeo político para garantizar el triunfo para Morena en  Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán, Tabasco y Quintana Roo.

El negociador cumplió con creces: los seis estados se pintaron de guinda en los comicios y abonaron casi 7 millones de votos al triunfo del 1 de julio, cuando López Obrador rebasó los casi 30 millones de sufragios para alzarse con el triunfo.

Además del buen resultado electoral, el próximo consejero jurídico fue pavimentando el camino para una de las obras estrellas del próximo sexenio.

Scherer será el escudero jurídico del Andrés Manuel López Obrador. Uno de sus hombres de mayor confianza que lo acompañarán en su sexenio.

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