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El colectivo de Arganzuela al que Almeida dejará sin espacio pide al juez que amplíe la cesión porque dan alimentos

El banco de alimentos de Arganzuela tiene su sede en EVA

Sofía Pérez Mendoza

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El Espacio Vecinal de Arganzuela, conocido como EVA, está agotando todas las posibilidades para impedir que el Ayuntamiento de Madrid les deje sin instalaciones a partir del próximo lunes. Los vecinos que conforman el proyecto, en marcha desde hace cuatro años en un ala del Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi, han pedido a la justicia que paralice la decisión municipal de no renovar la cesión del espacio con medidas cautelares. El recurso presentado, admitido a trámite por el juzgado n°31 de lo contencioso-administrativo de Madrid, se apoya en que el colectivo está prestando “servicios de primera necesidad”, como el reparto de alimentos todos los domingos. EVA funciona desde mayo como una despensa solidaria autoorganizada y atiende a un centenar de familias a la semana.

“En una situación tan excepcional como esta, en la que centenares de familias están sufriendo los estragos de una crisis sanitaria y económica a la que las administraciones no pueden hacer frente en su totalidad, es necesario mantener a la Asociación EVA en el uso del Mercado de Frutas y Verduras para que pueda continuar desempeñando la actividad esencial de alimentar a las familias del distrito de Arganzuela en situación de pobreza extrema”, señala el recurso, que añade a renglón seguido que, si el edificio se devuelve ya al Ayuntamiento, las personas atendidas se quedarían en un limbo “debido a la situación de colapso de los Servicios Sociales madrileños”. El Ayuntamiento tiene dos días para responder al juzgado y después este se pronunciará.

La Junta de Distrito de Arganzuela, gobernada por el PP, comunicó al espacio vecinal que debía devolver las llaves del Mercado el 8 de febrero. En enero, el colectivo solicitó una prórroga de cuatro años del inmueble, de 1.000 metros cuadrados. Era posible por contrato, pero fue denegada sin posibilidad de negociación con el argumento de que está previsto establecer en ese espacio una base de Samur-Protección Civil. En EVA consideran que se trata de una excusa y piensan que sería compatible seguir adelante con la decisión y ejecutar la infraestructura pública porque hay espacio para ambos.

EVA fue la primera cesión de espacio público a un proyecto vecinal que se ejecutó en Madrid bajo el marco que aprobó el gobierno de Manuela Carmena para entregar lugares en desuso a entidades ciudadanas, y que exigía concurrir a un concurso de méritos abierto a quienes quisieran obtenerlas, con el fin de evitar la arbitrariedad en este tipo de adjudicaciones. Su propuesta resultó la vencedora de las nueve que concurrieron. En cuatro años, recoge el propio recurso presentado ante la justicia, la asociación ha desarrollado más de 400 actividades gratuitas para el vecindario con una participación de más de 20.000 personas.

El espacio vecinal consume el tiempo de descuento con movilizaciones que fuercen al Ayuntamiento a cambiar de idea en el último momento. El pasado fin de semana convocó una protesta y hay otra manifestación prevista para el próximo 7 de febrero a las 11.30 horas, la víspera de su salida obligada del Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi.

No es el único caso de cesión revocada. El Ayuntamiento tampoco quiere que la Casa de la Cultura de Chamberí siga autogestionada por los vecinos del barrio. Esta cesión, también acordada con el Gobierno de Ahora Madrid, finaliza en marzo. A ellas le seguirán probablemente el resto de espacios cedidos a partir del año 2017 a entidades vecinales. Aunque el Ayuntamiento asegura que se está estudiando “caso por caso”, el PP ha celebrado el fin de la cesión de EVA a través de la cuenta de Twitter con el siguiente mensaje: “Los chiringuitos de Carmena Almeida los convierte en espacios públicos”.

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