Rondaban las 14:30 horas en la Península Iberíca, de este miércoles 23 de agosto de 2023, cuando la India se ha unido al exclusivo club de los países que han logrado llegar a la Luna -la antigua Unión Soviética, EEUU y China- y lo ha hecho, además, por todo lo alto: coronándose como el primero en alunizar en el polo sur del satélite, la zona considerada más interesante porque, al parecer, alberga depósitos de hielo.

Todo eso ya lo iremos comprobando con el paso de los días, las semanas y los meses. Tranquilos, ya se encargará el aparato mediático indio de que nos enteremos de todos los avances y de dejar claro que Chandrayaan-3 es suya, de los indios, ahora elevados a potencia mundial, no sólo demográfica, sino espacial y, sobre todo, económica.

Por ejemplo, Televisión Española -la de todos- nos ha explicado que India utilizará el éxito para atraer inversiones y adelantar a China como primer destino del dinero extranjero. Seguro que sí, pero no será ni lo más importante… ni lo más peligroso.

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Porque lo más significativo de la India, ahora bajo el mandato de Narendra Modi, es su cristofobia, su odio al cristianismo que se concreta en una persecución tan feroz como implacable. Como hemos publicado en diversas ocasiones, ideológicamente, la India es aún más peligrosa que China para la civilización cristiana, es decir, para Occidente, porque es puro panteísmo, esto es, esclavización del hombre por parte de la naturaleza de la que sólo es una especie más. No se confundan: India no sólo busca inversión extranjera o, mejor, la busca pero sólo como paso previo a la expansión (y la imposición) del panteísmo por todo el planeta, incluido el descreído, y por eso más débil, Occidente europeo.

“Estos momentos históricos se convierten en la conciencia eterna de la vida de la nación. Este momento es inolvidable, sin precedentes, es el momento de un toque de clarín de una India desarrollada, es un grito de victoria para la nueva India”, afirmó Modi desde Sudáfrica, donde participa en la cumbre de líderes de los BRICS. “Hicimos una promesa en la Tierra y la cumplimos en la Luna. Nuestros camaradas científicos han declarado: ‘India está ahora en la Luna’”, sentenció.

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Por cierto, tras mostrar sus reticencias a ampliar el grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), Modi cambió de opinión este miércoles y se adhirió al deseo de Xi Jinping de admitir a más miembros. “Me alegra ver el creciente entusiasmo que existe entre los países en desarrollo por ser parte de los BRICS”, afirmó previamente el líder chino. A partir de ahora, tras el éxito lunar de la India, ese entusiasmo será mayor y, más importante aún, será un proceso más controlado si cabe por Modi.