Contábamos ayer en Hispanidad que Conde-Pumpido rechazó las recusaciones contra los magistrados progresistas porque, a su parecer, los ex diputados del PP no están legitimados para presentarlas. La imparcialidad de Conde-Pumpido no quedó ahí. El magistrado Enrique Arnaldo era el ponente de la sentencia, es decir, el que hizo el borrador. En el mismo, Arnaldo declaraba parcialmente incostitucional la Ley Aído. Y como publicamos, Arnaldo aseguró que si su borrador no obtenía un apoyo mayoritario del tribunal, él no iba a redactar un nuevo escrito. Por lo que el presidente del Constitucional podría elegir a uno de sus magistrados afines como encargado de redactar un nuevo borrador que sí contará con el apoyo de la mayoría. Se rumoreaba con una mujer para dar 'más valor' al texto.

Y todo lo esperado se ha cumplido: el Tribunal Constitucional ha cambiado de magistrado ponente. Tal cometido ha sido encargado a la vicepresidenta, Inmaculada Montalbán. Además, aunque Montalbán tendrá que redactar una nueva ponencia, por lo que se posterga el fallo, ya se ha indicado la constitucionalidad de la Ley Aído y se ha adelantado que Montalbán tendrá que recoger en su escrito el nuevo sentir mayoritario del Constitucional, que es avalar íntegramente la Ley del aborto. 

Las reacciones, las esperadas: 

Y otras que dejan clara la deriva abortera del PPAlberto Núñez Feijóo aplaudía el fallo: "una ley de plazos bien construida es una ley correcta en términos generales, constitucional". "Por tanto es un planteamiento que merece mi respeto. En la España actual es una ley correcta, y también lo es en la Unión Europea". 

"El aborto es una cuestión que afecta en primer lugar a la mujer, a la pareja de esa mujer y tiene aristas morales, éticas, religiosas, filosóficas... es una cuestión poliédrica". Señor Feijóo, se le ha olvidado mencionar en el poliedro al principal afectado en el aborto: el bebé que se asesina. Delenda est PP.

El  Partido Popular se ha quitado la careta, Ha confirmado oficialmente que le gusta el infanticidio, la muerte provocada del ser humano más inocente y más indefenso. Y nada menos que con una ley de plazos, no de motivos. Esto es el PP: Delenda est PP.